Un hombre condenado a muerte en Idaho evitó por ahora la
pena máxima después de que no le encontraran la vena para inyectarle
letalmente, mientras otro en Texas fue ejecutado pese a que clamó inocencia
hasta el final en un caso que llamó la atención de celebridades en Estados
Unidos.
Iván Cantú, de 50 años de edad fue ejecutado la noche de
este miércoles en Texas, sur del país, tras ser condenado en 2001 por los asesinatos
el año anterior de su primo, James Mosqueda, y la prometida de este, Amy
Kitchen.
«A las familias Kitchen y Mosqueda. Quiero que sepan que
nunca maté a James y Amy. Y si lo hubiera hecho, si hubiera sabido quién lo
hizo, hubieran sido los primeros en saber cualquier información que ayudase a
hacer justicia», dijo Cantú, minutos antes de recibir la inyección letal en una
prisión de Huntsville, al norte de Houston.
Las autoridades estatales le negaron sus pedidos de
clemencia pese a las evidencias que fueron apareciendo para una posible nueva
investigación del caso.
Su entonces pareja, Amy Boettcher, actualmente fallecida,
testificó que él había admitido su culpa y que la llevó a la casa de Mosqueda
para mostrarle los cuerpos y buscar drogas. El hermano de Boettcher también lo
acusó, pero luego se retractó.
Entre las pruebas en el juicio, se mostró un pantalón con
sangre de las víctimas que fue encontrado en el bote de basura de la cocina de
Cantú. Sus abogados sostienen que Boettcher mintió y que otra persona colocó
allí la prenda, que no era del acusado.
Incluso el presidente del jurado que lo condenó pidió luego
una mayor investigación.
Cantú culpó de los asesinatos a un narcotraficante a quien
su primo le debía dinero.
La Conferencia de Obispos Católicos de Texas había instado a
que se detenga la ejecución debido a «serias incertidumbres» en el caso.
En tanto, la actriz Jane Fonda compartió en sus redes
sociales un video de su colega Martin Sheen, un opositor a la pena de muerte,
quien llamó a firmar una petición instando al gobernador de Texas, Greg Abbott,
a conceder una suspensión de la ejecución de Cantú.
La estrella de telerrealidad Kim Kardashian también había
pedido al gobernador conceder una prórroga «para dar tiempo a que se evalúen
nuevas pruebas» y no se ejecute «a un hombre condenado injustamente».
No hallaron una vía
En tanto, la ejecución en Idaho del asesino en serie
convicto Thomas Creech, de 73 años, fue suspendida el miércoles después de que
un equipo médico tratara repetidas veces y sin éxito de inyectarle la sustancia
letal.
Creech estuvo atado a una mesa en la cámara de ejecución
durante una hora mientras intentaron establecer una vía intravenosa para
administrarle las drogas que acabarían con su vida, dijeron funcionarios de la
prisión y testigos.
El director del Departamento Correccional de Idaho (IDOC),
Josh Tewalt, dijo que la ejecución fue cancelada después del fracaso de ocho
intentos de colocar una vía en los brazos y piernas de Creech.
«No tenemos una idea de los plazos ni de los próximos pasos»
para un nuevo intento de ejecución, dijo Tewalt a la prensa en la Institución
de Máxima Seguridad de Idaho, al sur de la capital, Boise.
Brenda Rodríguez, reportera de la estación de televisión
local KTVB, dijo que Creech no parecía haber sentido dolor intenso, aunque en
un momento comentó que le «dolían un poco las piernas».
«Cuando se detuvo la ejecución, él simplemente estaba
mirando hacia arriba», dijo Rodríguez, periodista autorizada a participar como
testigo de la ejecución. «También se sintió como si estuviera casi aliviado»,
agregó.
Creech, que ha estado en el corredor de la muerte durante
más de 40 años y que iba a ser la primera persona ejecutada en Idaho en más de
una década, fue condenado a muerte por asesinar a su compañero de celda en
1981. Ya purgaba condena por otros cinco asesinatos, aunque afirmó haber
cometido decenas más.
En noviembre de 2022, las autoridades de Alabama también
fallaron al intentar aplicarle una inyección letal al asesino convicto Kenneth
Smith. Ante ello, optaron por ejecutarlo en enero de este año mediante
inhalación de nitrógeno, en medio de reclamos de organizaciones humanitarias
que consideran el método una tortura.
Según una reciente encuesta Gallup, el 53 por ciento de los
estadounidenses apoya la pena de muerte para alguien condenado por asesinato.
La pena capital ha sido abolida en 23 estados de Estados
Unidos, mientras que los gobernadores de Arizona, California, Ohio, Oregón,
Pensilvania y Tennessee han suspendido su uso.
En 2023, hubo 24 ejecuciones en Estados Unidos, todas ellas
realizadas mediante inyección letal.
(Con información de AFP)