El gobierno de Nicolás Maduro anunció este lunes el cierre de las embajadas de Venezuela en Noruega y Australia, como parte de una “resignificación estratégica de recursos”.
En un comunicado difundido por el canciller Yván Gil en Telegram, el Ejecutivo detalló que las relaciones bilaterales y la atención consular a la comunidad venezolana en esos países serán asumidas por medio de “misiones diplomáticas concurrentes”, cuyos detalles se darán a conocer en los próximos días.
“Venezuela ratifica que estas acciones reflejan su voluntad inquebrantable de defender la soberanía nacional y contribuir activamente a la construcción de un nuevo orden mundial, basado en la justicia, la solidaridad y la inclusión”, expresó el gobierno.
Asimismo, la administración de Maduro anunció la apertura de nuevas sedes diplomáticas en Zimbabue y Burkina Faso, con el objetivo de reforzar “los lazos históricos con el continente africano” y establecer “misiones diplomáticas residentes en dos naciones hermanas, socios estratégicos en la lucha anticolonial y la resistencia frente a presiones hegemónicas”.
“Estas embajadas servirán como plataformas clave para impulsar proyectos de cooperación en agricultura, energía, educación, minería y otras áreas de interés común”, añadió el Ejecutivo.
De esta manera, según el gobierno venezolano, se inicia la “primera fase de una reestructuración integral del servicio exterior, en consonancia con los lineamientos del Plan de la Patria de las 7 Transformaciones y los principios de la geopolítica de paz e integración”.
“El objetivo central de esta reorganización es optimizar los recursos del Estado y redefinir nuestra presencia diplomática para fortalecer las alianzas con el Sur Global, promoviendo la solidaridad entre los pueblos y la cooperación en áreas estratégicas para el desarrollo mutuo. Estos esfuerzos se enmarcan en los principios irrenunciables de autodeterminación y respeto al Derecho Internacional”, concluyó.
El anuncio del cierre y apertura de sedes diplomáticas se produce en medio de un contexto de tensiones crecientes entre Caracas y Washington, tras el despliegue militar estadounidense en aguas del mar Caribe, una operación que —según la administración de Donald Trump— busca combatir a los carteles de droga.
Por su parte, el Ejecutivo de Nicolás Maduro ha calificado estas maniobras como una “provocación” y una “amenaza directa” a la soberanía del país para propiciar un “cambio de régimen”.
(Con información de El Cooperante)
