Ir al contenido principal

La situación es crítica y requiere medidas urgentes, alerta Fedenaga: lluvias desbordan crisis del sector ganadero con daños aún sin cuantificar

 


 

Las intensas lluvias que afectan a los estados Barinas, Apure y Portuguesa han dejado bajo el agua miles de hectáreas productivas, fincas inundadas, animales perdidos y comunidades enteras desplazadas. Aunque aún no se ha establecido una cifra exacta de las pérdidas, ganaderos advierten que la situación es crítica y requiere medidas urgentes.

La Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga) alertó que las condiciones actuales representan una emergencia sin precedentes. Su director, Alexis Algarra, advirtió que la magnitud de los daños impide por ahora un balance preciso, pero confirmó que el sector se encuentra “trabajando por la supervivencia del rebaño”.

En Barinas, uno de los estados más golpeados por las lluvias, productores han tenido que evacuar familias y trasladar reses a zonas más altas ante la crecida de ríos y la pérdida de potreros. José Labrador, presidente de la Federación de Ganaderos de Barinas, estima que hay más de un millón de hectáreas afectadas en el sur de la entidad, zona que limita con Apure.

“Estamos atravesando una situación sin precedentes. Jamás habíamos visto precipitaciones tan intensas y sostenidas en esta región. Las fincas están sumergidas y muchas familias lo han perdido todo”, relató Labrador. Municipios como Pedraza, Sosa, Obispos, Zamora, Bolívar y Andrés Eloy Blanco están entre los más impactados, con daños a la infraestructura rural y pérdida de animales.

Lluvias con desbordamiento de ríos agrava el escenario


 

Más de 20 ríos que bajan de la Sierra Nevada, en el estado Mérida, han contribuido al colapso en zonas agrícolas. Las lluvias arrasaron puentes, afectaron viviendas y complicaron el acceso a comunidades rurales. En Portuguesa, se reportan daños en al menos 11 municipios, con más de tres mil 800 viviendas comprometidas y 34 puentes destruidos por las lluvias, según autoridades locales.

Apure también enfrenta inundaciones severas en sectores como Páez, Pedro Camejo y Rómulo Gallegos. Las pérdidas de ganado se acumulan, y aunque oficialmente no se han confirmado víctimas fatales, productores reportan casos trágicos de personas que fallecieron intentando salvar sus animales. “Esto es una emergencia humanitaria para el campo”, aseguró Labrador.

Producción comprometida, pero no detenida

Pese al impacto de las lluvias, tanto Algarra como Labrador coinciden en que el suministro de carne, leche y queso no se ha interrumpido. Gracias a la colaboración entre productores y autoridades, los productos han seguido llegando a los centros de distribución del país.

En estados como Guárico, Anzoátegui y Monagas —menos afectados por las lluvias— se ha reforzado el respaldo con carne y derivados para mantener el abastecimiento. Incluso desde Barinas, que está entre los más golpeados, se continúan enviando gandolas con productos cárnicos hacia Caracas y otras ciudades. “Hemos tenido que sacar ganado que aún no está listo para matanza, pero es la única forma de evitar que se pierda bajo el agua”, explicó Labrador.

El campo pide apoyo: financiamiento y alivio fiscal


 



 

Ante el nivel de pérdidas, Fedenaga ha solicitado al Ejecutivo dos acciones urgentes: financiamiento inmediato a través del sistema bancario nacional y exoneraciones tributarias temporales, especialmente en el impuesto sobre la renta. “No estamos pidiendo subsidios, solo respaldo para mantenernos operativos”, expresó Algarra.

Desde las federaciones regionales también se insta al gobierno a atender a las familias afectadas por las luvias, recuperar la infraestructura rural y activar planes de contingencia. “Hay productores que lo perdieron todo, desde maquinaria hasta enseres del hogar. No podemos enfrentar esto solos”, insistió Labrador.

Sin cifras definitivas, pero con consecuencias palpables

La falta de condiciones para realizar una evaluación exacta de los daños complica la planificación de medidas. Aun así, el sector advierte que las pérdidas serán cuantiosas y que es urgente actuar antes de que el impacto sea irreversible.

Mientras las lluvias continúan y los ríos siguen creciendo, el campo venezolano enfrenta una nueva batalla: resistir una emergencia climática que amenaza no solo su producción, sino también la vida de quienes viven de ella.

(Con información de Tal Cual)

 

 

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.