Dentro de la cultura popular el caldo o sopa de pollo suele
ser uno de los alimentos proporcionados a los enfermos cuando se presentan
malestares generales como un resfriado, un dolor estomacal o cualquier otra
afección dependiendo de su caso.
Se cree que este plato puede ayudar a recuperar fuerzas,
además de ser suave con el estómago, siempre y cuando este ligero de la
sustancia del mismo y no cuente con condimentos, más que la sal y un poco de
cilantro para darle sabor, sin embargo, está la duda de qué tan efectiva es
esta receta como remedio tradicional científicamente.
De acuerdo con Colby Teeman nutricionista y profesor titular
de la Universidad de Dayton, algunos estudios demuestran que el sabor es una de
las características principales para incentivar los posibles beneficios de la
sopa de pollo en los enfermos.
«Cuando veo pacientes con enfermedades de las vías
respiratorias superiores, noto que muchos de ellos de repente comen menos o no
comen nada. Esto se debe a que las enfermedades agudas desencadenan una
respuesta inflamatoria que puede disminuir el apetito.
Y añade: «No tener ganas de comer significa que es poco
probable que la persona obtenga los nutrientes que necesita, lo que no es
óptimo para la salud inmunológica y la recuperación de una enfermedad», señala
el especialista en un artículo para la ‘BBC’.
Al parecer, el gusto contribuye a que las personas en cama o
malestar sientan la necesidad de comer, ya que la evidencia sugiere que el
sabor de la sopa de pollo puede ayudar a estimular un mayor apetito, ayudando
al restablecimiento, al probar alimento.
Por otro lado, este ayudar a digerir la absorción de
nutrientes, debido a su ligera textura e ingredientes básicos que igual tienen
un aporte en vitaminas, minerales y antioxidantes, gracias a la presencia de la
proteína y los vegetales.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación, FAO, este tipo de carne «proporciona cantidades
útiles de riboflavina y niacina, un poco de tiamina y pequeñas cantidades de
hierro, zinc y vitaminas A y C», elementos que ayudan a restituir la energía en
el cuerpo.
Por el lado de los vegetales, que pueden variar su presencia
en el caldo, estas contribuyen con vitaminas, minerales y fibras, vitales para
el óptimo funcionamiento del cuerpo humano.
Sin duda, este tipo de platos puede tener varios beneficios
dentro del proceso de restablecimiento de distintas afecciones, como las
gripales, por ejemplo. De acuerdo con el portal de salud ‘MedlinePlus’, beber
líquidos calientes, como el caldo, puede brindar alivio de los síntomas por un
corto período de tiempo.
Esto debido a que el vapor del consomé de pollo puede abrir
la nariz y garganta congestionadas. Además de suministrar líquido que disminuye
la viscosidad del moco y evita la deshidratación.
(Con nota de El Tiempo/Colombia)