Cuatro venezolanos narraron las torturas que sufrieron en
los calabozos de El Helicoide, una de las sedes del Servicio Bolivariano de
Inteligencia Nacional en Caracas. Víctor Navarro, Dylan Canache, Diannet Blanco
y Antony Vegas contaron al medio argentino Todo Noticias las irregularidades y
las atrocidades que habrían cometido en su contra, acusándolos de participar en
supuestos hechos para desestabilizar al país.
Víctor Navarro fue detenido el 24 de enero de 2018. Al menos
35 funcionarios de ese organismo policial llegaron a su casa y «tumbaron la
puerta» para ingresar.
«Me lanzaron al piso, me pusieron una escopeta en la cabeza,
me pegaron contra la pared. Me graban y me dicen que diga mi nombre y mi número
de documento. Yo digo: Víctor Navarro, 25.510.806; es la misma forma como luego
me llamaban en El Helicoide, porque buscan de cosificarte cuando te torturan»,
dijo al medio argentino Todo Noticias.
«‘Arrodíllate y
pídeme perdón'»
«Me robaron las cosas que había en mi casa. Así empecé a
conocer la dimensión del monstruo que opera en Venezuela. Me desaparecieron
forzosamente. Yo simplemente preguntaba dónde estaba mi mamá. Me interrogaron
muchísimo, que quién era yo, qué hacía, que quién me financiaba. Mi primer día
fue de mucho miedo, de no saber qué me iba a pasar. Me amenazaban y me decían
que iban a violar a quien era mi novia en ese momento; decían que me iban a
violar, que había un oficial que le decían el Negro, que tenía el pene del
tamaño de mi brazo y que él me iba a violar», añadió.
Navarro dijo que los funcionarios lo «golpearon muchísimo» y
que uno de ellos comenzó a cargar la pistola delante de él, le puso tres balas,
la desbloqueó y metió el arma en su boca. «Literalmente, un movimiento milimétrico
me iba a volar la cabeza y a ellos no les importaba, se reían y me decían que
les pidiera perdón. ‘Arrodíllate y pídeme perdón’, y yo me arrodillé y les pedí
perdón porque yo no quería que me volaran la cabeza», recordó.
«Es lo más cercano al
infierno»
A Dylan Canache lo detuvieron cuando tenía apenas 16 años de
edad, el 13 de enero de 2018 durante la madrugada, durante la Operación
Guarimba, acusado de ser el líder de una «célula terrorista», que supuestamente
atentaba contra la estabilidad del país.
«Yo vivía en un barrio de escasos recursos en Venezuela, que
se llama Mamera, de la parroquia Antímano, en Caracas. En ese momento, ya yo no
participaba en las protestas. Había participado en 2017. Tenía 15 años cuando
estuve en las protestas», contó el joven al medio argentino.
«Es lo más cercano al infierno que hay aquí», dijo.
Estuvo en la cárcel hasta junio de 2018 y actualmente está
bajo libertad condicional.
«Defender derechos es
criminalizado»
Durante las protestas de 2017, el régimen venezolano detuvo
a Diannet Blanco. Ella ayudaba a recolectar y repartir insumos médicos entre
las personas afectadas por las bombas lacrimógenas y los heridos por los
perdigones y golpes por parte de los organismos de la represión en el país.
Calificó de arbitraria su detención y aseguró que fue
víctima de desaparición forzada temporal. Estuvo presa durante 1 año y 12 días
en una celda de 50 metros junto a otras 35 mujeres.
“Fui víctima de torturas simplemente por participar en este
proceso de protestas. Le es molesto al régimen el hacer el bien, el hacer
trabajos humanitarios. Mi derecho a defender derechos es criminalizado. Yo no
he cometido ningún delito y mi esposo tampoco ha cometido ningún delito por
defender derechos y exigir salarios dignos, exigir condiciones de vida y
trabajar por el bienestar de la comunidad”, manifestó.
Diannet Blanco es una de las 39 personas que recibieron un
indulto por el régimen de Nicolás Maduro en el año 2018.
«Dijeron que iban a
violar a mi hija»
Funcionarios del Sebin allanaron la casa de Antony Vegas,
dirigente de Voluntad Popular, el 4 de octubre de 2014. Para ese entonces,
pertenecía a un grupo delictivo y fue arrestado por porte ilícito de armas,
pero el chavismo intentó implicarlo en el asesinato del diputado Robert Serra.
«Cuando llego a El Helicoide, me llevan a una habitación. Un
fiscal abusivo, dañino, me dijo que cuánto me habían pagado, que dónde estaba
el jefe de la banda paramilitar, que la mafia colombiana me había contratado y
cuánto me había pagado. Yo no sabía lo que estaba escuchando. Me dice que le
diga la verdad, porque, si no, van a buscar a mi familia, entre ellos mi hija,
y la iban a llevar para un refugio. Luego dice: ‘No es como tú piensas, que la
vamos a proteger. La vamos a llevar para que la violen’. Eso me derrumbó. En
ese momento, yo perdí el control de mí y, literalmente, me pasó por la mente mi
hija siendo violada”, relató.
«Luego, me suben a otra habitación donde el nivel de sadismo
comienza a aumentar, la maldad comienza a aumentar. Me ponen periódico en las
muñecas, me esposan, me ponen periódico en los ojos y luego me echan teipe. Me
llené de mucho miedo. Pasaron 15 minutos y me arrodillaron. Se monta un hombre
sobre la nuca, otro se monta sobre mi columna y otro me agarra los pies y me
dicen ‘cuando vayas a hablar, mueve las manos’, y me ponen una bolsa en la
cabeza. Cuando me montan la bolsa, comienzan a asfixiarme demasiado, me
asfixian, y yo muevo las manos desesperadamente, pero no paran», expresó el
hombre.
Vegas dijo que solo
tenía deseos de morir para calmar el desespero.
«Me oriné encima y me quitan la ropa. Uno de ellos dice
‘córtale las orejas’, y yo sentí cuando me cortaron las orejas, sentí la sangre
corriendo. Uno de ellos dice ‘métele un palo por el c**o’. No pasó. Sentí que
iban a acabar con mi vida. Me desmayo. Cuando despierto, estoy amarrado en un
cuarto oscuro muy pequeño, pero estoy amarrado de una forma muy maquiavélica,
me amarraron de una forma en la que no me podía sentar ni parar, tenía que
estar semiarrodillado. En ese cuarto, duré 10, 15 días. Defecaba y orinaba ahí
mismo. Luego, me llevaron a una celda”, dijo.
El ex preso político aseguró que, además, estuvo seis meses
sin ver a su familia y que durante ese tiempo no supieron dónde estaba ni qué
había ocurrido con él.
(Con nota de El Nacional)