Por Beatriz Rojas
En la iglesia La Milagrosa, del barrio El Triunfo de
Valencia, fue celebrado por todo lo alto la solemnidad de Nuestra Señora de la
Medalla Milagrosa. El cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Caracas presidió
la fiesta en honor a esta advocación mariana, lo cual llenó de gozo a la
feligresía.
El purpurado fue recibido con aplausos por la feligresía que
se congregó para celebrar también los 51 años del templo, que administra la
congregación de los padres Paules.
El cardenal Porras, manifestó su alegría de estar en la
comunidad y acompañar en tan importante día para los laicos, religiosas y
sacerdotes, especialmente al padre José Luis Guillén, a quien ordenó hace pocos
años.
Durante la celebración litúrgica se consagró el nuevo
sagrario del templo parroquial.
Antes de la misa hubo una escenificación de la aparición de
la Virgen de la Medalla Milagrosa, por parte de la Pastoral Juvenil de la parroquia,
quienes además elevaron cánticos alusivos a la virgen.
El prelado de la iglesia católica, comentó su homilía
felicitando a los organizadores de la actividad, porque todo les quedó muy
bonito.
Luego expresó que la virgen Milagrosa es ejemplo para hombres
y mujeres, porque refleja en su rostro amor y bondad, que debe inspirar a
todos, a hacer siempre el bien.
Subrayó que cada día se hace más necesario que seamos
solidarios unos con otros, para ayudarnos entre todos y así conformar una mejor
sociedad. De nada vale pelearse si todos somos hermanos ante los ojos de Dios.
“Debemos ser un pueblo de paz y ayudarnos unos a los otros
en forma fraternal. Eso es lo que espera Dios de sus hijos. María siempre nos
está mirando y esperando que salga de nuestros corazones, esa bondad que ella
refleja”.
Comenzó que se acerca el tiempo de adviento, donde además de
alegrarnos y compartir en sana paz, también debemos estar atentos a los
mandamientos del Señor.
Al finalizar la misa el cardenal de quedó parado cerca del
altar con su báculo, y de inmediato fue rodeado por decenas de personas que
querían fotografiarse con él, por lo que se mostró dispuesto a ello un buen
tiempo, siempre sonriente.
La imagen de la Virgen Milagrosa fue sacada en procesión por
los alrededores del templo, como tradicionalmente ocurre.
(Con nota de El Carabobeño)