Llegó a Ecuador en autobús en 2016 huyendo de la crisis
económica en Venezuela y ahora el poeta y cantautor Eduardo Olarte, mejor
conocido en redes sociales como Lalo Yaha, es la inspiración de miles de
personas por su historia de superación, que ha plasmado también en un diario en
papel titulado El camino de mis sueños.
Sin conocer a nadie en Ecuador, el venezolano cantaba en
autobuses en Quito para sobrevivir, por lo que la música fue su sustento
económico, refugio emocional, y poco a poco, se transformó en una herramienta
para escribir.
«Duré cuatro meses cantando en los autobuses y también le
doy muchas gracias a Dios por ese momento, porque es un momento en el que la
música, literalmente, salvó mi vida y la de otros compañeros», contó en una
entrevista con EFE.
Pero luego, debió bregar con esa situación, pues «al final
esos días en los que cantas seis horas y te divides las ganancias entre cuatro
amigos que estuvieron cantando contigo, y tu trabajo termina dejándote cinco o
seis monedas al día, comienzan a generar como una especie de imagen de miseria
del arte en tu cabeza», reflexionó.
Dedicado a la dirección de videoclips musicales y creación
de contenido en su país, tras un año en Ecuador Lalo retomó su profesión
convencido de su capacidad y apostándole a la suerte, confesó.
Como en el pasado hizo trabajos para el cantante venezolano
Nacho, Lalo decidió, en noviembre de 2017, viajar siete horas en autobús a la
Amazonía de Ecuador, donde su compatriota ofrecía un concierto.
Tras el espectáculo, Nacho le ofreció trasladarlo de regreso
a Quito, y en el vehículo, sus músicos le prestaron una computadora en la que
editó el video que hizo del concierto.
En una segunda presentación de Nacho en Quito, Lalo hizo lo
mismo, pero en la tercera, en la ciudad de Salinas, Nacho decidió contratarlo
junto a su hermano, y se fueron de gira por varios países durante tres años y
medio. «Fue una escuela», señaló.
También llegaron las colaboraciones para contenidos
audiovisuales con otros personajes internacionales como el mexicano Daniel
Habif y el venezolano Franco de Vita.
Aprendiendo en
silencio
El nombre artístico surgió de trabajar varios años rodeado
de mexicanos, que suelen llamar «Lalo» a los Eduardo, mientras que Yaha es
producto del amor desmedido que tenía por su «persona favorita», la tía
Yajaira, contó a EFE uno de sus promotores.
Así homenajeó a su tía fallecida, pues era el vivo reflejo
de que «sin importar lo difícil que sea la vida, siempre hay un rincón en el
que se puede sonreír y hacer que otros sonrían».
Más de una década aprendiendo en silencio cómo funciona el
medio artístico y luego de muchos años acumulando ideas entre libretas escritas
a mano y textos acumulados en su computador, en mayo pasado inició una nueva
etapa como escritor de poesía, en un proyecto que, a la fecha, reúne más de 1,7
millones de seguidores en TikTok y más de 1,4 millones en Instagram.
«Estoy seguro que si en enero del año pasado, hubiese dicho
que voy a lograr esto con poemas, mucha gente no pensaría que era posible»,
dijo quien superó el millón de seguidores en seis meses.
Consideró que «todo el trabajo lo ha hecho la gente
conectando con los textos y compartiéndolos».
Cinco canciones y un
‘diario’
De 31 años y casado en Ecuador con una
venezolano-ecuatoriana, su primer proyecto musical es un EP llamado «Cartas a
Nadie», compuesto por cinco canciones, de las cuales se han lanzado como
sencillos Adonde va el amor y Olvidar.
En su música, aborda las diferentes fases del duelo de una
ruptura amorosa, va desde la balada, R&B, pop e incluso el trap.
Adonde va el amor fue el primer sencillo en publicarse con
música y poesía, arropadas del estilo irreverente de Lalo.
Por su forma de escribir y llegar a los corazones de la
gente, grandes editoriales se han interesado en Lalo, pero él ha optado por un
camino más independiente y aventurero, pues las condiciones que propone la
industria «no siempre juegan a favor de los artistas».
Y ya ha empezado a vender en Francia, Canadá y España su
primer proyecto comercial El camino de mis sueños: un diario que incluye textos
inéditos, frases inspiradoras, códigos para escanear y escucha audios de
motivación, y hojas en blanco para que los lectores planifiquen «junto a él» su
propio «camino de sueños».
(Con nota de Efe)
